viernes, 17 de febrero de 2012

Mientras cierro el espejo
se abren otros tantos yo
¿Qué habrá en esas vidas?
¿Pensarán todos igual?

Mientras cierro el espejo
mis otros yo despiertan
se miran. Me miran
para buscar resoluciones,
para intentar descifrar quienes son

Mientras cierro el espejo
mis alter-egos aparecen
buscando escapar, tal vez
y transmutarse

Mientras cierro el espejo
mis doppelgängers se asoman
mejor los mato, que no vivan
que queden en un encierro eterno


miércoles, 8 de febrero de 2012

Sentencia


Camino en el parque al sol, mientras las hojas se mecen en armonía. En un banco, una persona. Una persona entrada en años, pero que parecía más joven. Una persona sin género, que esperaba. No se a quien o que esperaba, asi que decidí acercarme.
-Lo estaba esperando, dijo tranquilamente.
-¿A mí?
-Si a usted.
No entendí el hecho de usar esa solemnidad.
-¿Sabía que iba a estar aquí?
-Lo estuve esperando todo este tiempo. Siéntese.
El viento arremolinaba mi pelo mientras encontraba un espacio para sentarme. Era una mañana cálida de domingo, como tantas otras mañanas cálidas de domingo.
-Vengo a buscarlo
-¿Por qué?
-Usted está imputado en un crimen.
-¿El qué?
-Sí, lo que escucha, y me va a tener que acompañar.
-Déjeme ver su placa, esto es un atropello.
-No la necesito. Todo esta hecho.
Me sentía en un relato kafkiano. Un Josef K en pleno siglo veintiuno. Un loco diciéndome que me tiene que llevar no se adonde porque me imputan de un crimen. El mundo esta loco.
-¿Y qué pruebas tienen en mi contra?
- Lo sabrá a su debido momento. Por eso tiene que acompañar.
El viento comenzaba a hacerse mas fuerte. ¿Qué era lo que estaba pasando?
-A usted no lo acompaño a ningún lado. ¡Qué atropello a todos mis derechos!
Derechos que perdió al cometer ese atroz crimen.
-¿¡Qué crimen!? ¡Si no cometí ningún crimen!
-Ah, no se acuerda.  Déjeme que lo haga por usted. Iba por una avenida, sintiéndose poderoso. Había matado a un hombre. Se creía poderoso, inmortal. Había ganado un buen dinero por ese trabajo.
De a poco esas imágenes se iban haciendo más claras en mi cabeza. Pero no, no podía ser, no tenía ningún arma.
-Que no tenía ningún arma. Tóquese el bolsillo del pantalón.
Un pequeño revolver. La cara del que tenía que matar pidiendo clemencia. Dos tiros. Dos fogonazos. Una vida que se apagaba. Una luz me despierta. El fallo en mi juicio ha sido dictado: muerte. Era el día de mi ejecución.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Me voy un rato

Me voy un rato
solo un rato.
Tranquilo busco
un despertar

Adormercer
hasta no ver nada
hasta no ser nada
solo dormir

Es estar en un limbo
antes del big bang
antes de que el tiempo
sea tiempo

Hasta que se crea
se transforma
se ilumina
se despierta
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