miércoles, 7 de marzo de 2012

La historia del pájaro



            Mi historia empieza en una jaula. Conocí el estar afuera de una mucho tiempo después, cuando me pude escapar. Pase de jaula en jaula los primeros años de mi vida. Primero  en exhibición en varios lugares donde me ofrecían por cinco pesos. Luego en un departamento de dos ambientes en una gran ciudad. Vivía muy tranquilo en ese lugar. El comedor tenía una mesa, un placard empotrado, frente a el un televisor y a su izquierda una ventana que daba a una gran toma de aire. A la izquierda de la puerta de entrada, estaba la cocina. Y en una de sus ventanas estaba yo, en una jaula. A la derecha de la puerta de entrada había un pasillo con puertas que nunca supe adonde iban. Ése era mi mundo. Un mundo con el que convivía con un matrimonio y un hijo. Al señor lo veía poco y nada. Lseñora estaba casi todo el día en la casa, junto con el nene. El nene era un chico bajito de pelo castaño, corto, de ojos marrones y nariz un poco respingada. Caminaba con unos zapatitos negros, que a veces molestaba a las señoras que vivían unos pisos mas abajo. Era un chico muy tranquilo, que le gustaba que le contaran historias. Le gustaban los cuentos clásicos: alguna adaptación de las Mil y Una Noches como Alí Babá y los Cuarenta Ladrones, Pulgarcito, Hansel y Gretel entre muchos, muchos más. Le gustaban tanto, que a pesar que no sabía leer (me daba cuenta por que algunas veces no entendía lo que estaba en la tele) hacía que leía sus cuentos para el estupor de sus familiares. Si no estaba haciendo que leía, miraba la televisión. Un vecino le traía unas cajitas rectangulares negras, que luego me enteré que se llamaban cassetes, que colocaba en otra caja rectangular negra, que luego supe era una videocasetera. Se pasaba horas mirándo esos videos. A veces eran dibujos animados, otras veces miraba a un señor cuya destreza era mover una esfera que se ustedes llaman pelota y pasar a otras personas hasta que la pateaba y entraba en algo que se llamaba arco. El nene se emocionaba cada vez que las redes que había en ese arco se inflaban. Sino se entretenía con una máquina roja y blanca. Otra cosa por la que estaba varias horas frente a la televisión. Me quedaba viéndolo jugar con una persona que crecía y se achicaba con un hongo y atravesaba miles de obstáculos para rescatar una mujer. En otro juego, iba con un personaje vestido solo con un taparrabo, también para rescatar a una mujer. Por lo demás, era un chico bastante tranquilo.
  
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