jueves, 18 de agosto de 2011

Pequeño Jardín

Me quedé mirando en un pequeño jardín una flor. No era gran cosa. Tenía un color rosáceo en su flor. Me acerqué a contemplarla. Se movía pausadamente, serenamente. En ese instante siento su olor. Era un olor dulce. Muy dulce. Estaba parado así que decidí sentarme a mirarla, a sentirla, a olerla.En eso siento la suave brisa de la mañana. Acariciando de a poco mí pelo, mi cara, mis brazos. El olor de esa pequeña flor rosa se torna un poco mas intenso. Me acerco un poco más. Es como si en ese momento, la flor me tuviera hipnotizado, pidiendo que me acerque más y más a ella. Es que me estoy dando cuenta que no es una simple flor. Que dentro de ella hay algo que estoy dispuesto a averiguar.
El aroma se torna mucho mas intenso. No se por qué, pero me esta empezando a molestar un poco. Me quiero levantar y no puedo, quiero abrir los ojos y no puedo. Estoy inmóvil en lo que creo ya no es un pequeño jardín con una pequeña flor rosa. En este momento puede ser cualquier lugar: una casa, un ropero, una cárcel. Le pido que me deje ir, pero se empecina en no soltarme. Me dice que ha esperado demasiado tiempo por alguien que se diera cuenta de ella. Que la notaran en ese pequeño jardín en el que estábamos.

Le pregunto que es lo que vio en mí. Me dice que no lo sabe muy bien, que inmediatamente que me acerqué largo su esencia para atontarme y atraparme. Trato de averiguar que es lo que quiere de mí. Pero no me lo dice. Empiezo a escuchar risitas cerca de mis oídos. Las risas se hacen más fuertes y el olor se hace más fuerte. No lo puedo controlar.

Al final la flor me dice que me quiere a mí. Quiere todo de mí. Le imploro que me suelte, pero ella insiste. Lo que quería averiguar de ella no era hermoso, sino perverso. Ya no se si estoy conciente o no. Las risas y el aroma ya son imposibles de aguantar. Me quiero soltar: es imposible. La flor me dice que me quede tranquilo, que todo va a estar muy bien. Pero ya no se lo que está sucediendo: todo está oscuro.

Luego de un rato me despierto. Pero algo raro ocurre. Siento que estoy inmóvil en un sitio. Como si hubiera cemento. En ese momento termino de despertarme ¿Dónde estoy? Me estoy viendo a mi mismo ¿Morí o estoy en otro cuerpo? Veo como ese otro yo se ríe y se va de ese pequeño jardín. Yo me voy a quedar hasta que embelece a alguien con mi aroma. Y vuelva a tener, tal vez, un cuerpo.

2 comentarios:

silvia zappia dijo...

esta vez, con la distancia que puedo tomar desde aquella primera lectura, debo decir que me recordás a murakami...

beso*

J. G. dijo...

ME ENCANTA LA PARTE SUBLIMINAL

Licencia de Creative Commons
Pensamientos en voz escrita by Eduardo Gerstner is licensed under a Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported License..