Te acordás de la tarde del té
en el campo de lavandas
envueltos en un cielo azul.
Nos miramos a los ojos
te hice reír
y me perdía en tu mirada.
Me contaste de tus días
de tus sueños
sobre la tierra y el mar.
Te hablé de mi alegría
de tu paz tan clara
de tu pelo color amanecer.
Y así se fue la tarde
en el campo de lavandas
envueltos en el cielo azul
1 comentario:
té y lavandas
y lo demás
no existe*
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